lunes, 4 de mayo de 2015

Bring Back Our Girls. ¿Nos han devuelto nuestras niñas?

Diversas peticiones le dieron la vuelta al mundo pidiendo una sola cosa: que devolvieran las niñas secuestradas. Pasó el tiempo y fueron olvidadas o simplemente dadas por perdidas, para temer lo peor bastaba con ver algún video donde aparecieran ellas con la mirada baja, vacía, perdida, con miedo recitando alguna parte del Corán. Hoy, sin confirmar aún que las niñas y mujeres del sonado caso haya sido rescatadas en esta ocasión, no nos faltan las malas noticias: secuestradas, violadas, obligadas a casarse con sus victimarios y ahora embarazadas de ellos.

Se habla de una supuesta garantía para que tengan partos relativamente dignos, pero y si no quieren llegar a ese parto ¿qué?

http://www.publico.es/internacional/mas-200-ninas-nigerianas-liberadas.html


martes, 28 de abril de 2015

Cuando pensé que estaba embarazada. Parte II

Así fue, como un buen día, comencé a sentir el deseo de estar con un hombre de nuevo. En el pasado, no había sido ninguna santa, afortunadamente. Pero ahora que han pasado los años, creo que no era un deseo desmesurado lo que me llevó a tener varios amantes (en muchas ocasiones varios al mismo tiempo...mismo día), creo que eso es más un prototipo machista, el pensar que una mujer con una alta actividad sexual es una depredadora...no, para nada, si es de lo más normal. Sólo quería experimentar, gozar y sí, hacer lo que se me diera la gana.
Durante esos años, nunca usé un método anticonceptivo continuo, a veces usaba condón, otras pastillas y condón, aunque era un poco desjuiciada con las pastillas, me era difícil tomarlas cada noche a la misma hora, lo que acarreó algunas consecuencias en mi cuerpo, como sangrados excesivos y por incluso un mes completo (sólo en una ocasión).
Y sí, claro, llegué a tener alguna relación sin ningún tipo de protección, y sí, el susto fue mayúsculo cuando me hice mi primer prueba para saber si había contraído alguna ETS, el recuerdo de esa relación sin protección me perseguía y atormentaba. Afortunadamente, la prueba salió negativa (cuánto anhelaría otro negativo más adelante),  por consejos médicos, me hice otras pruebas, pues el virus de inmunodeficiencia puede manifestarse hasta dos años después de haberlo contraído, en todos los resultados de nuevo: negativo.
Retomando lo principal, recuerdo que estaba chateando con uno de esos incrédulos, un hombre que se negaba a aceptar que una persona perdiera el deseo sexual, sin que de fondo, hubiera algo más, algo malo para ser más precisa. En aquella época, existía un cierto grado de confidencia entre ambos, se puede decir que hablábamos con cierta regularidad, a veces, incluso salíamos, pero no se veía que alguno estuviera interesado por el otro. Las cosas cambiaron, sin que ninguno de los dos tuviera en mente ese cambio, creo que fue de esas cosas que en sólo un segundo se dan. ¿Cómo pasó? nunca me planteé, que quizás, el estar de nuevo con un hombre sería un problema, y más si éste era un desconocido ¿por qué iba a pensar eso, si ni siquiera sé el nombre de la persona con la que me permití tener la primera experiencia sexual de mi vida?, pero cuando este amigo mío, este incrédulo insinuó que quizás no me sentiría bien al buscar a cualquier desconocido, insisto, no tengo idea por qué, pero logró sembrar la duda en mí. Y sí, él muy amablemente se ofreció a ayudarme con ese nuevo problema, cosa bastante idiota si la miro ahora, pero en ese momento, por la amistad, nivel de confianza o lo que se quiera, dejamos esa idea atrás, pues ambos acordamos que sería bastante raro para nosotros...pero, ya a pesar de ésto, la idea se las arregló para continuar de alguna manera en nuestras mentes, y en una de las fiestas a las que acudíamos con otros amigos, finalmente, mi castidad llegó a su fin... junto con mi sentido de la responsabilidad, pues de nuevo cometí ese error que debería estar ya erradicado de mi vida: el maldito condón, una vez más brilló por su ausencia.
Debo confesar, sin embargo, que no me preocupó mucho este aspecto, creía estar segura ante un embarazo, pues a pesar que hacía mucho no tenía cuentas exactas de mi ovulación, estaba tranquila.
Los encuentros casuales con este personaje se siguieron dando; lo confieso, no fueron los mejores para mí, no me desenvolví con confianza como antes, no tenía la pasión o el morbo con el que antes tenía sexo, de hecho, por momentos me distraía. Hasta cierto punto con ésto confirmé una cosa que llevaba pensando: la responsabilidad del disfrute sexual recae sobre uno mismo, él en realidad no era el problema (aunque cuando salía con la típica frase de: "a veces la preocupación por tener un orgasmo lo retrasa o lo impide", sí era como para ponerse la ropita y largarse de ahí).
Pero su actitud ante mis complicados orgasmos no fue el único problema, algo mucho peor se acercaba a nosotros, algo que durante más de dos semanas sembró dudas, miedos y malos entendidos en mi de por sí ya bastante complicada existencia. ¿Acaso estaba embarazada?.